Érase una vez una gallinita roja que vivía junto a una granja con tres amigos: un pato, un gato y un cerdo.
Un día, la gallinita encontró unos granos de trigo. Se puso muy contenta y fue corriendo a decírselo a sus amigos.
Un día, la gallinita encontró unos granos de trigo. Se puso muy contenta y fue corriendo a decírselo a sus amigos.
Entró en la casa y encontró al pato, al gato y al cerdo tumbados.
Se pasaban casi todo el día durmiendo y nunca se movían de sus lugares favoritos.
Se pasaban casi todo el día durmiendo y nunca se movían de sus lugares favoritos.
La gallinita roja preguntó a sus amigos los animales:
- ¿Quién va a ayudarme a sembrar estos granos de trigo que he encontrado?
- Yo no- dijo el pato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el gato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el cerdo- y siguió soñando.
- Entonces lo haré yo- dijo la gallinita roja.
- Yo no- dijo el gato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el cerdo- y siguió soñando.
- Entonces lo haré yo- dijo la gallinita roja.
Tardó varios días en plantar el trigo, luego lo regó y vio como crecía. Cuando el trigo ya estaba a punto, preguntó a sus amigos:
- ¿Quién va a ayudarme a recoger el trigo?
- Yo no- dijo el pato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el gato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el cerdo- y siguió soñando.
- Entonces lo haré yo- dijo la gallinita roja.
- Yo no- dijo el gato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el cerdo- y siguió soñando.
- Entonces lo haré yo- dijo la gallinita roja.
Después de recoger la cosecha de trigo, la gallinita volvió a casa y les dijo a sus amigos que había convertido el trigo en harina:
- ¿Quién va a ayudarme a hacer pan con esta harina?
- Yo no- dijo el pato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el gato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el cerdo- y siguió soñando.
- Entonces lo haré yo- dijo la gallinita roja.
- Yo no- dijo el gato- y siguió durmiendo.
- Yo no- dijo el cerdo- y siguió soñando.
- Entonces lo haré yo- dijo la gallinita roja.
La gallinita fue a la cocina para hacer el pan, mientras este estaba en el horno, el pato se despertó al oler su delicioso aroma y se sentó junto al horno para esperar a que estuviera listo. El gato y el cerdo también olieron el aroma del pan y fueron a sentarse junto al horno.
La gallinita sacó el pan del horno y preguntó:
- ¿Quién va a ayudarme a comer este delicioso pan?
- Yo - dijo el pato.
- Yo - dijo el gato.
- Yo - dijo el cerdo.
- No – dijo la gallinita- no me habéis ayudado a plantar el trigo, ni a regarlo, ni tampoco a hacer el pan. Ahora no vais a comer.
- Yo - dijo el gato.
- Yo - dijo el cerdo.
- No – dijo la gallinita- no me habéis ayudado a plantar el trigo, ni a regarlo, ni tampoco a hacer el pan. Ahora no vais a comer.
Y se comieron todo el pan ella y sus pollitos.
Pero la siguiente vez que la gallinita roja les pidió ayuda, el pato, el gato y el cerdo dejaron de dormir y le ayudaron.
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